Michele De Lucchi lámparas
¿Necesitas ayuda para buscar el producto adecuado? Ponte en contacto con nuestro Servicio de Clientes
Precisamente mientras trabajaba en la Universidad con Adolfo Natalini, fundó el grupo artístico Cavart: era el periodo radical. Esta fase influyó enormemente en la producción y la visión sucesivas del mundo por parte de De Lucchi que, una vez concluida su colaboración con la Universidad de Florencia, decidió irse a Milán, centro pulsante del diseño italiano y europeo, el centro neurálgico de la producción y de las ideas innovadoras y de vanguardia. Precisamente, en la capital de provincia de Lombardía inicia su actividad y abre un estudio, colabora con algunas de las empresas más sobresalientes, tales como Kartell y su CentroKappa o Alchimia. Su nombre empieza a circular en el ambiente y pronto se convierte en uno de los jóvenes más demandados y prometedores en el panorama del diseño italiano: es llamado por el ilustre Ettore Sottsas para formar parte del grupo Memphis, que estaba trabajando en un proyecto de realización de la casa posmoderna. De su mano nacen los objetos que forman parte de siete colecciones inherentes al proyecto en cuestión y, deslumbrado por su talento, durante ese periodo Sottsas le confía también el proyecto para Synthesis, sección Olivetti que se encargaba del mobiliario de oficinas. Precisamente con este primer trabajo, de Lucchi consigue estrechar su relación con Olivetti, que se convertirá en uno de los socios principales de su estudio. Su nombre va aparejado al proyecto de interiores de numerosos institutos financieros y bancarios en Europa: su estilo y su pasión son muy demandados y, muy pronto, su fama supera las fronteras nacionales con lo que se convierte en uno de los jóvenes arquitectos más apreciados a escala internacional. Su método de trabajo considera la arquitectura como un sistema integrado de definición de los espacios y de creación de los objetos y, precisamente, a partir de su idea visionaria del mundo, surge el elemento de decoración que ha marcado la historia del diseño italiano y mundial: Tolomeo, la lámpara que Michele de Lucchini ha diseñado para Artemide, le ha permitido ganar el primer reconocimiento prestigioso internacional, el Compasso d'oro. Tolomeo ha sido una idea revolucionaria que, en muy pocos años, se ha convertido en el arquetipo de la lámpara de sobremesa. Su sistema de brazos extensibles ha dado muy pronto la vuelta al mundo y su nombre ha tenido un eco tan grande que su trabajo es demandado también más allá del océano. En los años inmediatamente posteriores a la realización de Tolomeo, sin embargo, el ámbito en el que trabaja con más pasión de Lucchi es el entorno laboral, con la búsqueda de soluciones de vanguardia que conjugan la practicidad con el sentido estético para crear entornos laborales, vivibles y humanos. Sus ideas se han aplicado en las oficinas de Enel, Olivetti, Piaggio, Intesa, San Paolo y en otros numerosos edificios grandes públicos y privados. Sin embargo, la diversificación ha sido siempre el motor de la creatividad de Lucchi, que se ha encargado también de montajes culturales en lugares valiosos, tales como, las Caballerizas del Quirinale y la Trienal de Milán, y ha sido también profesor titular en el Politécnico de Milán.